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La sustitución de los huesos de la rodilla y la colocación de una prótesis está indicada cuando el grado de deterioro de la articulación y el dolor impiden que el paciente camine.
La causa más frecuente de lesiones articulares es la osteoartritis, la cual provoca una inflamación y deterioro progresivo de las articulaciones. También los movimientos repetidos de la articulación, ya sea en deportistas o por determinadas actividades laborales.
Antes de recurrir a la cirugía, las medidas terapéuticas que se toman son el tratamiento con antiinflamatorios, fisioterapia, infiltraciones en fases de dolor agudo, así como mantener un peso corporal adecuado. En los casos en los que las lesiones articulares son importantes y el dolor incapacita para la actividad cotidiana, puede estar indicado el recambio articular y colocación de una prótesis.
La intervención consiste en realizar una incisión en la rodilla para cortar y extraer parcialmente el fémur, la tibia y el peroné, y sustituirlos por la prótesis.
Esta cirugía presenta un alto nivel de seguridad. Las complicaciones asociadas a la intervención pueden ser la hemorragia de la herida, infección, producción de trombosis o alteraciones en la cicatriz. Otras complicaciones como lesiones en los nervios, desplazamiento de la prótesis o rotura de ésta, son mucho menos frecuentes.
Para reducir el riesgo de trombosis y posterior embolismo es fundamental la movilización de la pierna y levantarse de la cama tras la intervención (siempre que el médico lo autorice). También es conveniente mantener la extremidad con un vendaje de presión durante unos días tras la intervención.
Las medidas que deben adoptarse antes y después de la cirugía son ejercicios y terapia con fisioterapia, comenzando con movilizaciones pasivas, y después continuar con movilizaciones activas y activo-resistidas.
Pasadas las primeras 48 horas, el paciente podrá empezar a caminar con muletas. Para subir escalones, primero debe subirse la pierna no operada, y la lesionada le sigue. Para bajar escalones, debe bajarse primero la pierna operada y después la sana.
Cuando se le permita, podrá caminar solo con una muleta, siempre en el lado contrario a la rodilla operada.
Algunas de las recomendaciones más importantes tras la intervención son:
Los primeros ejercicios que deben realizarse son los siguientes:
Ejercicio 1: tumbado boca arriba y con la rodilla extendida, flexionamos y extendemos el tobillo. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones.
Ejercicio 2: tumbado boca arriba y con la rodilla extendida, contraer el cuádriceps durante 10 segundos. También se puede hacer presión con la parte posterior de la rodilla hacia la rodilla aplastando una toalla. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones, manteniendo la contracción cinco segundos.
Ejercicio 3: tumbado boca arriba con la pierna extendida, debemos subirla hasta donde podamos, sin flexionar la rodilla. Después se debe bajar la pierna de forma suave hasta la posición inicial. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones.
Ejercicio 4: tumbado boca arriba y con la rodilla extendida, vamos flexionando la rodilla arrastrando el talón por la camilla. Para bajarla a la posición inicial, es probable que otra persona tenga que ayudarnos si estamos en la primera semana. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones.
Ejercicio 5 grados: tumbado boca arriba, y con la rodilla en ligera flexión apoyada sobre un cojín o almohada, levantamos el pie de forma que se extienda la rodilla todo lo posible, llevando los dedos del pie hacia nosotros. Mantenemos arriba durante diez segundos y bajamos despacio. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones. Más adelante se puede hacer sentado.
Ejercicio 6: tumbado boca arriba, levantar la rodilla en dirección al pecho manteniendo un ángulo de 90º. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones.
Ejercicio 7: tumbado de lado sobre el lado no operado, elevar la pierna extendida y bajar despacio, controlando el movimiento. Se realizarán 3 series de 10 repeticiones.
Ejercicio 8: sentado, la rodilla semiflexionada y apoyada en un taburete, intentar flexionar la rodilla presionando el taburete con el talón. Mantenemos la contracción 10 segundos, y realizamos 3 series de 10 repeticiones.
Ejercicio 9: Sentado, colocamos una toalla entre los muslos. Presionamos la toalla con ambas piernas. Mantenemos la contracción 10 segundos, y realizamos 3 series de 10 repeticiones.
Estos ejercicios los realizaremos tres días a la semana.
Más adelante, cuando sea posible mantener la bipedestación, se practicará la marcha de lado. Apoyado en la pared, caminar lentamente dando pasos laterales. Se debe hacer hacia ambas direcciones, y se realizarán tres repeticiones hacia cada sentido.
Es recomendable que todos estos ejercicios y pautas vayan acompañados de terapia manual de la mano de un fisioterapeuta, tratando la cicatriz previamente para que no sienta tirantez y preparando al músculo para realizar los ejercicios adecuadamente, tras unas sesiones de fisioterapia, el paciente de manera autónoma puede hacer los ejercicios pautados más fácilmente.
Si usted está en esta situación o algún familiar suyo, pueden acudir a nuestro centro de fisioterapia Virginia Moreno o nosotros damos la facilidad de desplazarnos a su hogar para la comodidad y recuperación del paciente en Segovia y provincia.
Tenemos un equipo de fisioterapeutas que pueden facilitar su recuperación e individualizamos su tratamiento para conseguir que esté recuperado en el menor tiempo posible.
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