28 Mar Dolor cervical: ejercicios y estiramientos
Posted at 10:03h
in Acupuntura y Punción Seca, Articulación Temporomandibular, Fisioterapia Deportiva, Patologías, Pilates
El dolor cervical es una de las lesiones más comunes en personas de todas las edades, siendo una de las condiciones más prevalentes en la sociedad occidental. Este problema puede ser derivado de una sedestación durante periodos largos de tiempo, agravado por una mayor tendencia al uso de smartphones, del ordenador, uso de sillas y mesas no aptas a cada persona y un estilo de vida sedentario.
Esta dolencia puede ser provoca por mantener una postura de la cabeza adelantada (PCA), se caracteriza por una posición excesivamente adelantada de la cabeza respecto al cuello y una rotación interna de los hombros (hombros enrollados y hacia delante).
La PCA está asociada a una flexión cervical baja (C4-C7) y una hiperextensión cervical alta (C1-C3) generando cambios musculo-esqueléticos a nivel cervical. La musculatura profunda del cuello es considerada muy importante en la estabilidad, soporte y el ajuste de la postura del cuello. Generalmente, se produce una debilidad de la musculatura flexora profunda del cuello además de una falta de fuerza de los retractores y rotadores externos del hombro. Para solventar esta debilidad, el cuerpo debe generar compensaciones produciendo un acortamiento de las fibras altas del trapecio, esternocleidomastoideo, elevador de la escápula, pectoral mayor y menor y musculatura extensora de la cabeza. Una mala postura cervical puede derivar en una limitación de movilidad y provocar una tensión excesiva de músculos y tejidos blandos. Las personas con dolor de cuello tienden a desplazar su cabeza hacia delante con respecto al cuello sin darse cuenta. Además, estudios previos han asociado la PCA y hombros en rotación interna a dolores cervicales, de cabeza y en la articulación temporomandibular (ATM), llegando incluso a generar dolor orofacial (dolor en garganta, boca y cara).
Para corregir esta postura, se ha observado que una correcta activación de los músculos flexores profundos del cuello durante la flexión craneocervical ayudan a mantener una postura erguida de la cabeza. Por lo que, el fortalecimiento de la musculatura debilitada y el estiramiento del trapecio, esternocleidomastoideo y elevador de la escápula puede tener efectos positivos sobre la PCA y el dolor cervical.
Teniendo en cuenta las consecuencias antes mencionadas de la PCA, parece correcto crear y difundir un programa de ejercicios para corregir estas disfunciones.
Realizar en cada ejercicio 3 series de 10 repeticiones, los hombros y cuello deben de estar al inicio en una posición relajada. Es decir, pecho abierto, hombros lejos de las orejas y una ligera flexión cervical.
Boca arriba con la cabeza apoyada en el suelo, realizar una flexión cervical reduciendo la distancia entre la barbilla y el esternón. Activamos y entrenamos la musculatura profunda del cuello.
En decúbito lateral con el codo apoyado en el costado, realizar un movimiento de rotación externa de hombro realizando un movimiento hacia el lateral de la mano que se aleja del cuerpo. Utilizar una pesa cogida con la mano para conseguir un mayor entrenamiento en los músculos rotadores del hombro.
En bipedestación con las piernas flexionadas, tronco inclinado hacia delante, espalda recta y brazos estirados hacia el suelo, abducir ambos brazos con los codos extendidos hacia una posición de 90º con respecto al cuerpo formando una T. Utilizar pesas en ambos brazos para mejorar la fuerza en la musculatura abductora y rotadora externa del hombro, además de aproximadores y estabilizadores de la escápula.
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Realizar cada estiramiento 30 segundos.
Con el antebrazo apoyado sobre una pared y el hombro a 90°, realizar una rotación con el cuerpo en dirección opuesta al brazo para que logremos una separación entre el origen e inserción del músculo pectoral.
Realizar una flexión cervical (mirar hacia abajo), inclinación contralateral (llevar la oreja hacia el hombro) y rotación homolateral, con la mano contralateral aumentar la posición del cuello para ayudar a aumentar la tensión en el trapecio.
Realizar una flexión cervical pura (mirar hacia abajo), con ambos manos aumentar pasivamente la posición del cuello hasta sentir tensión en la zona posterior del cuello.
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